Basada en una grabación de una hora y media del FBI sobre una potencial filtración de documento protegido del gobierno de USA, la película muestra la interrogación a una traductora llamada Reality Winner interpretada por una bestial Sydney Sweeney, donde, casi en tiempo real y en una sola locación, va mostrando cada detalle de su detención desde que llega a su casa y comienza el proceso interrogatorio. La tensión de los primeros treinta minutos son extenuantes, y su directora Tina Satter supo jugar con los tiempos en un precario equilibrio que llevan directo a la audiencia a un vaiven emocional.
Reality llega a su casa después de hacer las compras como en un día normal. Dos hombres interrumpen su llegada sin mucha explicación solo diciendo que tienen una orden de registro y que tendrán que interrogarla, registrar su casa y su auto.
La confusión para el espectador es total porque la protagonista no parece reaccionar, ¿estará en shock?, ¿se lo esperaba?, ¿Sabe por qué están ahí?, cuestionamiento tras cuestionamiento frente a la falta de histrionismo de Reality con lo situación que está pasando.
Dirigida por Tina Sutter, la directora maneja los hilos de la tensión como un titiritero jugando con la elasticidad de los diálogos hasta los silencios que se sostienen en miradas. La película se adapta de la obra de la misma directora llamada “ Is This a Room” donde al igual que en la película toma la grabación de 107 minutos realizada el día 3 de junio de 2017 por el agente Wallace Taylor ( Marchánt Davis) y Justin Garrick (Josh Hamilton), comienzan a interrogar a Winner por manejar de forma defectuosa información clasificada.
La conversación comienza a ser cada vez más incómoda y la situación cada vez más tensa y caótica, al ser una historia real muchos saben como termina, pero cómo está contada permite al espectador sumergirse en ese momento y vivir el calvario que vivió su protagonista el día de su detención.
Reality (2023) está disponible en Mubi