Seguimos sumando noticias que van llegando de los distintos epicentros de Festivales de Cine que hay por el mundo. Esta vez nos mudamos a la localidad de Locarno ubicada en Suiza donde cada año en agosto se celebra el Festival de Cine de Locarno.
Y por suerte, el talento de mujeres en la industria genera un eco resonante y como resultado es reconocido y valorado todos los días un poquito más.
Esta vez el reconocimiento le toca a la gran cineasta Jane Campion, la directora, guionista y productora de cine neozelandesa. Esta mujer es un baluarte en vida en la historia del cine mundial. Jane Campion ha trazado un sendero de notables logros: se convirtió en la primera mujer en alzar la Palma de Oro en el Festival de Cannes con «El piano»; la primera en recibir dos nominaciones como Mejor Directora en los Premios de la Academia, con una victoria por «El poder del perro» en 2021; la primera cineasta neozelandesa en competir en el Festival de Venecia y, posteriormente, en reclamar el León de Plata como Mejor Directora. Aun en el pináculo de la aclamación y el reconocimiento, la singularidad de Campion y su negativa a ser encasillada por estereotipos artísticos siguen más intactas que nunca.
La directora recibirá el Pardo d’ Onore 2024 en la edición número 77 del Festival de cine de Locarno.
Además, la edición contará con proyecciones de dos películas seleccionadas por la misma directora: «Un ángel a mi mesa» (1990) y «El piano» (1993), esta última presentada en una nueva restauración en 4K que hará su debut en la Piazza Grande. El público tendrá la oportunidad de conocer a la cineasta el sábado 17 de agosto en una conversación en panel en el Foro en el Spazio Cinema.
Las palabras del director artístico del Festival, Giona Nazzaro del Festival sobre el trabajo de Campion fueron las siguientes: “está poblado de personajes torturados y fascinantes y marcado por una habilidad asombrosa para lidiar con el lado más perturbador de la condición humana, representa uno de los pináculos indiscutibles del cine contemporáneo. La libertad artística de Jane Campion y su disposición a correr riesgos para encontrar nuevas y más profundas ideas sobre la riqueza y las complejidades de la experiencia humana la convierten en un punto de referencia inigualable para cualquiera que piense en el cine como un instrumento de expresión y emancipación.»