Lo nuevo de Yorgos Lanthimos se estrenó en Cannes, dividida en tres partes y de historias diferentes en cada una de ellas, la película no convence e incluso hubo asistentes que se fueron de la sala luego del segundo acto.
Un elenco de lujo donde se repite la dupla de “Poor Things” con Willem Dafoe-Emma Stone y se suman Jesse Plemons, Margaret Qually, Joel Alwyn, Hunter Schafer, Mamoudou Athie y Hong Chau, quienes van intercambiando papeles según el “episodio” que les toque.
Todo parte con la canción ¨Sweet Dreams” lo que propulsa al espectador a un estado de entusiasmo por lo que se viene, lo que se va desinflando cada vez más hasta llegar al tercer acto de esta antología.
Yorgos, tiene un sentido de la estética impresionante y sabemos que le gusta jugar con la disrupción. Incomodar al espectador es parte del core en su filmografía y esta vez no es diferente. Lanthimos, vuelve un poco a sus inicios después de la premiada “Poor Things”, habla sobre la complejidad humana y la pone en el foco de atención, los niveles de jerarquía y las decisiones que se toman por presión social y cultural frente a situaciones absurdamente surrealistas.
Esto es lo que le puede jugar en contra al director con “Kinds of Kindness”, el chico provocateur puede estar forzando mucho las cosas para seguir en este discurso caótico e innovador. Estos, son los tres actos en que se dividen en esta antología que pareciese haber sido una reacción indie a la popular película anterior del director.
Primera Parte
Robert (Plemons), es un hombre que tiene una relación de codependencia absoluta con su jefe (Dafoe), que tiene el don de manipular a su placer a quienes lo rodean, infringiendo miedo con controles hasta de calorías y peticiones que bordean la manía. Las relaciones humanas ejercidas desde esa torcida forma son las que trata de representar Lanthimos en esta primera parte.
Segunda Parte
Pleamons es un policía que recientemente ha perdido a su pareja y se refugia en sus amigos, interpretados por Athie y Chau, ante la desesperación de no poder encontrarla.
Un día aparece una mujer que es igual a Liz (Stone), su pareja, pero él es el único convencido que ella no lo es, aún cuando sea una réplica perfecta. Es en esta segunda parte, que nuevamente Lanthimos lleva a Stone a escenas sexuales que ya son de mal gusto en su filmografía e incluso incluye masturbación por parte del personaje de la actriz junto a un árbol lo que no se entiende y está totalmente fuera de contexto, lo que hace preguntar ¿en serio?, ¿de nuevo?, ¡qué innecesario!.
Es en este episodio de la película, que incluye sangre al más estilo gore en algunas escenas, que más de 15 personas se pararon de la sala y se fueron del lugar.
Tercera parte
En esta parte Pleamons pasa a segundo plano (al contrario de las anteriores) pero lo hace de una manera brutal. Este actor se supera cada vez más y es un placer verlo en cada desafío que toma. Stone, es la que toma protagonismo en esta parte, como siempre su actuación es impecable.
De cultos religiosos, crueldad animal, obviamente sexo, con Margaret Qually duplicada y con el personaje de Hunter Schaffer que cruzan caminos para entregarse a una tóxica relación que involucra todo la anterior.
Solo recomendaría esta película por la estética y actuaciones, por nada más.