Palma De Oro para “Anora”, la comedia que se ganó a la audiencia del Festival

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“Anora”, se da en un contexto conocido para su director Sean Baker, quien hace años tiene como objeto de estudio a las trabajadoras sexuales. Ha realizado una inmersión en su mundo y esta vez no es diferente.

Esta es una película que está llena de sexualidad, pero eso pasa a segundo plano, no es un tema en el film, se da de una manera natural. Anora, quien pide que le digan “Ani”, una sorprendente Mikey Madison, tiene 23 años de edad y trabaja en un club nocturno como scort. Es ahí donde conoce a Ivan (Mark Eydelshteyn), un joven millonario que como objetivo en su vida tiene ir de fiesta permanentemente debido a no tener necesidad de trabajar y un vacío inmenso por la relación que tiene con sus padres.

Anora, está acostumbrada a este tipo de trabajo, a entretener y decir si a todo lo que su cliente necesite, este sería un caso más, pero la vida le tenía preparada otra cosa para ella. Ivan, le pide si puede trabajar fuera del lugar y que se vieran el próximo día en su casa, a lo que Anora accede y ahí, comienza la historia de los dos.

Filmada en Nueva York y con el sello indiscutible de Neon, la película, desde el encuentro en la casa de Ivan con Anora, refleja mundos paralelos en términos de clases sociales y estilos de vida. Un choque profundo de creencias que es disfrazado entre la alegría y espontaneidad de la juventud efervescente, el sentirse parte de un espacio al que no estás acostumbrado pero que al mismo tiempo se encarga de recordarte que ese no es tu lugar.

La película tiene escenas que dejaron a la audiencia disfrutando a corales carcajadas, el caos se apodera de varias secuencias del film (una de las especialidades del director), cuando Ivan le pide matrimonio a Ani, luego de dos semanas de conocerse, ella le dice que sí y la vida les sonríe hasta que se entera la familia de Ivan.

Es un film lleno de capas, si bien, se narra la visión de la protagonista, se van sumando personajes a la historia que no hacen más que aportar y aportar comedia.  Karren Karagulian es Toros, un medio sacerdote y medio cuidador de Ivan, el joven millonario. Como los padres de Ivan están en Rusia, es él quien se encarga de cuidarlo. Junto a él, y con la misma misión está Granic, un hilarante Vache Tovmasyan que lleva la fisicalidad a otro nivel para buscar la risa inmediata, y por último, y al parecer de esta escritora, el que se lleva todo el brillo de la película (después de la protagonista), Igor, un espectacular Yura Borisov, que le saca lustre a su poco diálogo con su gestualidad e histrionismo que se llevó a los espectadores al bolsillo cada vez que aparecía en escena.

Esta película podría ser considerada un film en movimiento, ya que ante la noticia que sus padres lo vendrían a buscar a Estados Unidos para anular su matrimonio, Ivan escapa sin rumbo, obligando a los cuatro personajes, Ani, Igor, Granic y Toros, a embarcarse en la búsqueda de este inmaduro joven que no quiere enfrentar la realidad.

Aunque la premisa es comedia, el drama no se deja de visibilizar en el film, y eso se agradece de la visión del director, se nota estudio y conocimiento y compromiso con el tema. A su vez, comentó, en la sala de conferencia de prensa de este certamen del Festival de Cannes, que siempre trabajó muy de la mano con la protagonista para poder tener la perspectiva desde los ojos de una mujer, que además fue complementado con la ayuda de su productora que es también su pareja.

Se destaca el tratamiento de temas como la informalidad y vulnerabilidad en el trabajo sexual, el tratamiento peyorativo hacia las mujeres por ese trabajo y la intención de humanizarlas y visibilizarlas más allá de discriminación que muchas veces las hace invisible.

Anora, a fin de cuentas, es una joven que lucha diariamente como tantas otras que aún esta definiendo su camino y a veces lo único que quieren, como todos, es un abrazo acogedor para continuar el camino.

Una de las mejores películas de este año en la selección oficial, con un reparto que a la par brilla y conecta con el público, que en este caso, incluso con tanto sexo en escena, es bien recibido por las distintas generaciones que la asisten.